lunes, 7 de agosto de 2017

Cantinas vs. bibliotecas en Tuxtla Gutiérrez


Por Alberto Alejandro Cano Coutiño

En Tuxtla Gutiérrez se han abierto más cantinas que bibliotecas, en la capital sólo hay 14 bibliotecas municipales y una biblioteca pública central ubicada cerca del mercado cinco de mayo. En contraparte se estima que hay más de 7 mil cantinas y otros negocios relacionados con la venta de bebidas alcohólicas. Ello revela que, en la capital por cada biblioteca existen 467 cantinas y  por cada cantina hay 83 habitantes en promedio, tomando como base comparativa la Encuesta Intercensal 2015, realizada por el INEGI. Por lo que el número de bibliotecas es la ínfima parte, comparado con el número de bares y antros.



Debido a esto, ya es común ver en el centro de Tuxtla o en las colonias, cantinas con nombres estrafalarios como “el chavo”, “la biblioteca”, “la garrapata”, “el tiburón de oro”, por mencionar algunas, seguidas unas de otras, como lo es el caso de los Barrios Los Milagros y San Pascual, esto se ha convertido en una pesadilla para los vecinos. La proliferación de cantinas y bares disfrazados con el giro de “restaurantes familiares”, han desatado la violencia, prostitución y asaltos, que ha impactado en las familias.

En cambio las bibliotecas públicas pueden ser un instrumento educativo para la población, y ante la inseguridad que vive el país, ser el principal aliado en la reconstrucción del tejido social a través de la generación de formas de convivencia comunitaria, de participación social y de recuperación de espacios públicos.


La ley de bibliotecas recientemente aprobada por el Congreso del Estado deberá impulsar el establecimiento, equipamiento, mantenimiento y actualización permanente de las bibliotecas públicas de Chiapas, la realidad es que éstas sobreviven en el olvido. Los diferentes niveles del gobierno en el ámbito de sus atribuciones legales deberán incentivar y apoyar a las bibliotecas, las que tendrán que ser rescatadas del abandono y el olvido en el que se encuentran y mejoren las condiciones salariales de quienes ahí laboran.

La idea es que los alcaldes ya no autoricen más licencias para la instalación de cantinas en las colonias. Estos permisos, deben limitarse estrictamente a los sectores comerciales de cada ciudad y en cambio el establecimiento de bibliotecas será una obligación para cada municipio.

Por otra parte, está claro que en Tuxtla Gutiérrez y otros municipios hay pocas bibliotecas, ante esta situación, está la propuesta que en la construcción de nuevos fraccionamientos, sobre todo aquellos en los que se construyan al menos 500 casas, los desarrolladores tengan la obligación de donar al municipio un local que será destinado específicamente para el establecimiento de una biblioteca en el fraccionamiento, la operación de ésta estaría a cargo del municipio.



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