Por Alberto Alejandro Cano Coutiño
Las
bibliotecas y los centros de documentación son indispensables para que los ciudadanos
puedan disfrutar de una mejor calidad de vida y un desarrollo óptimo en los
niveles económico, social, cultural y educativo. En la misma medida en que los
pueblos dispongan de los recursos y servicios de información y los utilicen
convenientemente, se verá reflejado en ellos el progreso, el desarrollo
individual y colectivo.
Es por
eso, que en esta columna deseamos resaltar a los que han forjado el desarrollo
de las bibliotecas en Chiapas, tal es el caso del Maestro Arquímedes Rosemberg López Roblero, oriundo
de la ciudad de Motozintla; el pasado 20 de febrero recibió de manos del rector
de la Universidad Autónoma de Chiapas, Carlos Eugenio Ruiz Hernández un
reconocimiento por su amplia trayectoria y aportación al desarrollo de la
bibliotecología en el estado de Chiapas; ya que uno de sus mayores méritos ha
sido el ser fundador y director de la Biblioteca Central Universitaria. Así
mismo, su incansable trayectoria en el fomento de la profesión bibliotecaria lo
llevó a proponer cursos, seminarios y talleres de capacitación, los cuales
impulsó desde sus funciones como director de la Dirección
de Desarrollo Bibliotecario de la UNACH. Además de ser catedrático
en la Licenciatura de Bibliotecología y Gestión de Información, actualmente funge como coordinador académico
de la misma.
Es egresado del Instituto Politécnico
Nacional como ingeniero químico industrial, cuenta con una maestría en bibliotecología
por la UNAM y además es maestro en educación superior por la Universidad Autónoma
de Chiapas. En la Ciudad de Tuxtla
Gutiérrez dirigió la Dirección de Desarrollo Bibliotecario de la Universidad
Autónoma de Chiapas, fue director del
Sistema Bibliotecario de la Universidad de Quintana Roo, se desempeñó como director
de la Biblioteca del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Autónoma de
Chiapas, fue además director de la Red
Estatal de Bibliotecas Públicas del Estado de Chiapas del Consejo Estatal para
la Cultura y las Artes, Director del Centro Universitario de Información y
Documentación de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
López Roblero, explica que en 1982, como
consecuencia de la implementación del Programa Nacional de Bibliotecas
Públicas, por las autoridades gubernamentales: el presidente de la República
Miguel de la Madrid Hurtado, Miguel González Avelar, secretario de educación
pública y Ana María Magaloni, directora general de bibliotecas, se dieron las
condiciones para construir en el estado de Chiapas, la Biblioteca de la UNACH. En esos momentos el estado era gobernado por el
general Absalón Castellanos Domínguez y el secretario de educación era Javier
López Moreno.
El terreno de 28 mil metros cuadrados,
en donde se encuentra la Biblioteca Universitaria, fue donado por don Carlos
Maciel Espinosa, una de las condiciones del donante fue cuidar el medio
ambiente del lugar, conservando las plantas y los árboles, a fin de no
convertir el sitio en un lugar dominado por el cemento y el concreto.
El seis de diciembre de ese año, se
inicia la construcción formal del edificio, con la colocación de la primera
piedra por el rector Morales Constantino. En febrero de 1984, se inician los
trabajos de adquisición y organización de los libros, además de la contratación
y capacitación de personal.
Por fin el 20 de febrero de 1985, el
presidente de la República Miguel de la Madrid Hurtado inauguró la Biblioteca
Central de la UNACH. Acompañado por el secretario de Educación Pública, Jesús
Reyes Heroles, por el gobernador del estado Absalón Castellanos, entre otros.
El equipo de trabajo con que inició, el Mtro.
Arquímedes, las labores de la biblioteca universitaria fueron: Armando Altamira
Rodríguez, Ricardo Botello Cortez, René Arjón Castro, Herlinda Hernández
Aguilar, Carlos Salazar Gómez, Roberto Valenzuela Valdés, Beatriz Orantes
Salinas, Romeo Díaz Abadía, Abraham Domínguez Espinosa (q.e.p.d.), Cutberto
Díaz de la Cruz; Maricela Betanzos Reyes, Magnolia Solís, Guadalupe Barrera
Galán, Delmar LLaven, Fulvia Córdova Ramos, María Miceli, Rolando Riley Corzo,
Rosana López Alfaro, Guadalupe Mandujano, Mario Toledo Peña, Jorge Salinas, Luz
María Camas.
Para terminar, López Roblero alude a dos
párrafos del discurso inaugural leído por Heberto Morales:
"Somos herederos de los chiapanecos
que escribieron en la roca su historia, que se ve desde el infinito, y en honor
de esos hombres se han levantado estas nuevas pirámides que albergan un gran
acervo cultural que servirán para una formación de lo que será el futuro de
Chiapas”.
"De esta biblioteca, parteaguas de
nuestra historia, brotará la nueva universidad, que quizá ninguno de nosotros
conocerá. Las generaciones que vengan, Irán presentándose poco a poco,
respondiendo al esfuerzo de sus maestros y orientadores de que el centro de su
vida académica tendrá que ser la biblioteca. Descubrirán por si mismos la
verdad de que se puede tener una gran biblioteca, sin universidad, pero jamás
una gran universidad, sin una gran biblioteca".
acout600@hotmail.com
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