Jesús Alejo Santiago.- Milenio. Casi al terminar 2013, el director general de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (DGP-Conaculta), Ricardo Cayuela Gally, reconoció que la institución a su cargo debía llamarse "dirección general del libro y la lectura, porque cae en su área todo lo que tiene que ver con el fomento a la lectura".
Dentro de su programa de actividades trata de una tarea fundamental, cuyos resultados podrían medirse tan solo por un dato: durante el año pasado participaron más de 7 millones 232 mil personas en alguna de las actividades relacionadas con la lectura, desde el Programa Nacional Salas de Lectura, los Paralibros, los Bicilibros y ahora los Centros de Lectura y Formación Lectora, que se van a impulsar a lo largo de la presente administración.
De acuerdo con Erick Jiménez, director de Fomento a la Lectura de la DGP-Conaculta, se trata de una evolución del Programa Nacional Salas de Lectura, que tiene un objetivo rural, donde un mediador reúne a 20 de sus ciudadanos para comenzar con el fomento a la lectura.
Luego surgieron los Paralibros, un espacio con 365 títulos distribuidos en un escaparate que simula una parada de un autobús, para que la gente se detenga y tenga la oportunidad de acercarse al libro y leerlo.
"Así se generan los centros, que son algo ya más sofisticado, porque ahí se pueden leer libros electrónicos e impresos, además de disfrutar de películas seleccionadas por la Cineteca; también tenemos una especie de cápsulas, en las que los jóvenes se pueden acercar a leer en un lugar un tanto más íntimo, se encapsulan en la lectura y se conectan con el libro".
Una de las aportaciones de estos espacios es que ofrecen la oportunidad de atender a un núcleo social como son los jóvenes, cuyo objetivo es el conjuntar a un mayor número de población, pues estiman que cuando menos tendrán un flujo de mil personas al mes, para lo cual se pretende abrir 32 centros, uno por cada entidad federativa, antes de que concluya el sexenio.
"La característica de los centros es que no van a estar ocultos ni dentro de un gran recinto. La intención es que sigan a la vista del público, en lugares estratégicos, que pueden ser parques o esquinas de las principales plazas del país, y con gran atractivo para que con ventanales la gente pueda observar lo que sucede".
Desde la perspectiva del promotor, los centros de lectura de alguna manera son la antesala de una biblioteca, "por lo que nosotros debemos seguir en lo mismo: donde la gente está, allí deben de estar estos sitios", aunque la intención es adecuarse a los espacios que sean proporcionados por las entidades.
"Atendemos a todos los sectores de la población, pero queremos enfocarnos más a los jóvenes, porque es un núcleo que no se atendió durante un tiempo y procuramos que se acerquen a los libros", señaló el promotor.
Hasta el momento ya han sido inaugurados siete Centros de Lectura y Formación Lectora —en Chihuahua, Nayarit, Morelos, Guerrero, Hidalgo y Querétaro, además de que en Oaxaca se abrirá uno más el 20 de enero.
Los espacios se nutren con acervos que comienzan con 600 títulos, y conforme pase cada año buscarán sumar alrededor de 200 nuevos títulos, según afirmó Erick Jiménez.
Las Salas de Lectura se convirtieron en un programa emblemático de los esfuerzos de fomento, donde mediadores, gente de la sociedad civil, reúne a vecinos, amigos o familiares en torno al libro, sin importar el espacio o su comunidad.
La apuesta es que lo mismo resguarden colecciones de libros, videos, mapas, películas y otros materiales, que se conviertan en centros de estudio y formación lectora y escritora, en lugares de discusión y debate, "puntos de referencia para mirar el entorno".
CON FUTURO
Uno de los objetivos de la Dirección General de Publicaciones para 2014 estará en el impulso a los programas de fomento a la lectura: hasta el momento se tienen contadas más de 3 mil 200 Salas de Lectura, 360 Paralibros y hasta Bicilibros. Una de las apuestas es establecer un centro coordinador de estos trabajos en cada una de las entidades, que puede reunir y concretar las actividades en la materia.
Sin embargo, las salas de lectura se mantienen como el programa emblemático, porque "representa lo mejor de la colaboración entre el gobierno y la sociedad civil: la gente decide convertirse en mediador y lo único que hace el Conaculta es apoyarla con un curso y un acervo para ser prestado entre sus amigos, vecinos y familiares", explicó Ricardo Cayuela Gally.
Los Centros de Lectura y Formación Lectora tendrán características diferentes, si bien su puesta en marcha en lugares como la Feria Internacional del Libro de Guadalajara refleja que el programa tiene futuro, enfatiza el promotor: durante nueve días recibieron a más de 35 mil personas, 18 mil de ellas jóvenes, y "casi todos ellos permanecían alrededor de 45 minutos embebidos en la lectura".
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