Milenio.com.- Un
libro se convierte en un clásico para el público aficionado, el conocedor y
para las editoriales en el momento en que sobrevive más allá del tiempo en que
fue publicado; más allá de tres generaciones, digamos, aunque es muy
discutible. Son libros que sobreviven la prueba del tiempo. Un clásico es ese
libro resistente que se niega a desaparecer porque transforma su significado de
una manera cíclica”.
Tales
son palabras del crítico literario peruano José Miguel Oviedo, uno de los
coordinadores de la Colección Clásicos para Hoy, recuperada por la Dirección
General de Publicaciones (DGP-Conaculta), pero que podría también aplicarse a
los esfuerzos del sello Miguel Ángel Porrúa, donde se recuperó la serie
Lecturas clásicas para niños, ideada por José Vasconcelos en 1924.
“Los
clásicos son los libros y los autores que ya pasaron la prueba de la
posteridad. Si analizas lo que se publica en México, 27 mil títulos el año
pasado, ¿cuántos de ellos van a leerse en el futuro? Una minoría. ¿Cuáles se
van a leer? Aquellos que siguen vigentes, que su mensaje logró vencer la prueba
del tiempo y aunque hablen de su tiempo, se mantienen como textos que nos dicen
algo, hoy, a nosotros”, explica Ricardo Cayuela Gally, titular de la
DGP-Conaculta.
De
alguna manera son palabras contemporáneas de lo que ya pensaba José Vasconcelos
cuando planeó la colección Lecturas clásicas para niños, sobre todo a partir de
una pregunta que se hace en el prólogo de la edición: “¿Por qué un niño de
México atiborrado de textos ha de carecer, sin embargo, de esa amenidad de
información literaria que un niño de habla inglesa adquiere desde el tercer año
de su enseñanza?”.
A
partir de ello, Vasconcelos editó en dos tomos algo de lo que en ese momento se
definía como literatura
clásica, en cuya conformación participaron escritores como Gabriela Mistral, Palma Guillén, Salvador Novo, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Francisco Monterde o Xavier Villaurrutia, los cuales son recuperados por el sello Miguel Ángel Porrúa Librero-Editor.
clásica, en cuya conformación participaron escritores como Gabriela Mistral, Palma Guillén, Salvador Novo, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Francisco Monterde o Xavier Villaurrutia, los cuales son recuperados por el sello Miguel Ángel Porrúa Librero-Editor.
Con
prólogo del mismo José Vasconcelos, contiene textos de Vishnú Sharma,
Rabindranath Tagore y Homero, en el primer volumen, mientras en el segundo
están representados Miguel de Cervantes, Anatole France, Goethe, William
Shakespeare, León Tolstói, Hans Christian Andersen, Oscar Wilde, Alfonso Reyes,
José Martí, Vicente Riva Palacio, Carlos Pellicer, Manuel Gutiérrez Nájera,
José Martí y Simón Bolívar, por mencionar solo a algunos.
LO
DE HOY
A
diferencia de la recuperación de los volúmenes por parte de Miguel Ángel
Porrúa, Clásicos para Hoy apuesta por reconstruir el canon literario en la
actualidad, porque no se trata solo de apretar un botón y ver cómo aparecen:
“Hay una disputa sobre cuál es el canon, con lo que construir una colección de
clásicos es un reto intelectual”, explica Cayuela Gally.
“De
tal suerte que se busca que cualquier mexicano pueda tener una cultura sólida
gracias a los libros que le brinda el gobierno, de su país, de su cultura más
próxima y del mundo, además en grandes tirajes, accesibles de precio, muy
cómodos y muy fáciles de leer, y con versiones en formato digital todavía más
barato, porque ahí no debemos pagar ni bodega ni distribución.”
Entre
las publicaciones más recientes de la colección se cuentan los libros Cantos de
vida y esperanza, de Rubén Darío; Las minas y los mineros, de Pedro Castera; Por
estas regiones que no quiero describir, de Guillermo Prieto; La reliquia, de
José Maria Eça de Queirós, y Nocturno peregrino, de Salvador Díaz Mirón.
“Una
colección de clásicos al servicio de la cultura de los mexicanos, para que todo
mundo pueda tener una gran formación intelectual con los libros que el Estado
le brinda, de una manera barata y accesible, al tiempo de apoyar a la industria
editorial a través de las coediciones”, en palabras de Cayuela Gally.
ASPIRAN
A EDITAR 360 TÍTULOS
El
mercado de los clásicos solo representa uno por ciento de todo el mercado
editorial, por lo tanto no se compite con ningún otro sello. Esa es una de las
tareas primordiales de la Dirección General de Publicaciones del Conaculta en
la presente administración, bajo la creencia de que en el pasado se daba una
competencia con los editores privados, “teniendo más potencia económica y, al
mismo tiempo, menos condiciones para hacer un buen trabajo editorial”.
De
acuerdo con Ricardo Cayuela Gally, en el pasado se hacían muchos libros como si
los produjera una editorial cualquiera: al arribar a la dirección se encontró
con 23 colecciones, “y tuve la instrucción de simplificar, racionalizar y
pensar para qué edita el Estado mexicano, cuál es su papel”.
“Así
fue como construimos la convocatoria pública de coediciones, que apoya a la
industria editorial en lugar de competir con ella, que transparenta la entrega
de los recursos. Entonces ¿qué publica el gobierno? Los clásicos, aquellos
autores y libros que ya pasaron la prueba de la posteridad.”
Dentro
de la colección de Clásicos para Hoy se pretende editar al menos 360 títulos en
la presente administración, los cuales aparecerán al mismo tiempo en su formato
digital, con la intención de llegar a un mayor número de lectores.
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