¿La lectura hace sentirse a las personas bien consigo mismas? ¿Por qué se debe hacer énfasis en la literatura? ¿Las narraciones sólidas ayudan a desarrollar la empatía? ¿Leer despacio aumenta el disfrute de la lectura? ¿La lectura de obras literarias hace a las personas más inteligentes que la lectura de otro tipo de materiales de lectura? Sobre estas cuestiones reflexiona la escritora Maura Kelly en un artículo para el diario The Atlantic, en el que hace un llamamiento en favor del The Slow Books Movement [Movimiento a favor de la lectura lenta].
El objetivo de
este movimiento, fundado por el escritor norteamericano I. Alexander Olchowski, es volver a despertar los placeres
de la lectura lenta en la sociedad moderna, así como el disfrute de la buena
literatura. The Slow Books Movement pretende alentar a las personas a que
disminuyan la velocidad de lectura y lean más libros, considerando estas
prácticas como un modo de enfrentarse al mundo cada vez más digitalizado en que
se enmarca la sociedad moderna. Cada cierto tiempo, el movimiento realiza una
selección de títulos, tanto obras clásicas como contemporáneas, que se añade al
grupo de novelas que encajan en su filosofía. The Slow Books Movement no se
opone a la tecnología por razones puramente nostálgicas o estéticas, pero sí
que tiene ciertas normas acerca de qué tipo de materiales de lectura leer,
excluyendo las obras no literarias y los artículos de revistas y periódicos de
su “filosofía de lectura”.
Partiendo de
este hecho, Maura Kelly opina que las
obras literarias ayudan a las personas a relajarse mejor que cualquier otro
dispositivo electrónico, y agudizan gratamente las mentes e identidades de la
sociedad. La autora fundamenta este énfasis en la literatura en el desafío
cognitivo que a su parecer produce el juego con el lenguaje, la estructura de
la trama, y las imágenes que se encuentran en una obra literaria. A su juicio,
todos estos elementos invitan a ver el mundo de una forma diferente, exigen la
interpretación de descripciones inusuales, y ejercitan la memoria para recordar
personajes y detalles de la trama.
Kelly cita a la
escritora científica Annie Murphy Paul, la cual ha informado de que un grupo de
neurocientíficos ha encontrado numerosas pruebas de que la lectura de ficción
estimula todo tipo de áreas cognitivas, no sólo las regiones lingüísticas, sino
también las responsables de la coordinación del movimiento y la interpretación
de los olores. Debido a que las obras literarias son mentalmente tan
estimulantes y requieren de tal compromiso, afirma Kelly, éstas hacen a las
personas más inteligentes que otro tipo de materiales de lectura.
La escritora va
más allá y estima que la literatura no sólo hace más inteligentes a las
personas, sino que también da forma a sus conciencias e identidades. Según
Kelly, las narraciones sólidas ayudan a desarrollar la empatía. La autora cita
una investigación realizada por los psicólogos canadienses Keith Oatley y
Raymond Mar que sugiere que leer ficción mejora las habilidades sociales, y que
los individuos que leen con frecuencia obras de ficción son más capaces de
entender a otras personas, empatizar con ellas, y ver el mundo desde su
perspectiva.
Kelly considera
que con la empatía viene el autoconocimiento. Según ella, el lector, al
descubrir afinidades entre él y los personajes literarios, es capaz de
comprender mejor quién es, en lo personal y en lo político, lo que quiere
cambiar, y lo que le interesa defender.
Maura Kelly
cree que la literatura “seria” hace al lector sentirse bien consigo mismo, y
según las encuestas, advierte, ver la televisión hace que la gente sea infeliz
y sienta remordimientos. Sin embargo, afirma, después de acabar la lectura de
un clásico de la literatura el lector siempre se siente satisfecho.
La autora acaba
su reflexión con un texto pronunciado por el poeta Joseph Brodsky en su
discurso de recepción del Premio Nobel en 1987: "Aunque podemos condenar
la persecución de escritores, los actos de censura, la quema de libros, somos
impotentes cuando se trata del peor crimen contra la literatura: el no leer
libros. Por ese crimen una persona paga con su vida entera; ... una nación…
paga con su historia".
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