Guadalajara.- Ambos escritores hicieron de la palabra un medio para conocer a los demás y a sí mismos; ambos tienen en la idea de la libertad un eje de creación y si bien uno ya es Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, el otro es uno de los candidatos más firmes de los últimos años, David Grossman.
El peruano-español y el israelí sostuvieron una conversación con la que se dio la apertura formal del Salón Literario Carlos Fuentes, una de las actividades principales del segundo día de actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), al grado que el Auditorio Juan Rulfo resultó insuficiente para albergar a quienes deseaban escucharlos hablar acerca de su literatura, de su visión de la realidad y hasta de sus preocupaciones.
“El arte es el único lugar donde las cosas y las leyes pueden coexistir”, comentó Grossman. “La literatura es una de las mejores cosas que le ha pasado a la humanidad”, dijo Vargas Llosa, entro de un diálogo en el que el que el periodista Juan Cruz intentó convertirse en un puente entre ambos escritores.
“No escribo para escaparme de la pena o enfrentarme a ella de una manera más concreta. No soy un escritor escapista. El escribir, en cada condición, en cada cosa que me ha sucedido en la vida, es una forma de estar en la situación. Aún con la situación de Israel hoy, y lo que me ha pasado en lo personal, en ocasiones pienso que la única libertad real, la verdadera libertad que una gente tiene, es describir su propia tragedia con sus propias palabras, no con palabras que otra gente le da o trata de imponerse sobre ellas”, resaltó Grossman.
De acuerdo con Vargas Llosa, la literatura sirve para llenar ese vacío entre la realidad y el mundo de los deseos inventados: “cuando nosotros no estamos contentos con nuestra vida, tenemos deseos y tenemos imaginación, lo que hace que salgamos de nosotros mismos y descubramos todo lo que quisiéramos tener y no tenemos. Escribir es una cosa maravillosa, produce una felicidad inmensa. Si tienes vocación literaria no hay nada más hermoso en la vida que sentarse y escribir: al pasarla mal, tener angustias o entristecer… todo eso me hace escribir con una intensidad maravillosa. Aunque no lo digamos, los escritores somos personas enormemente privilegiadas de poder ejercer una vocación que enriquece tanto esa pobre vida que tenemos.”
Vargas Llosa aprovechó la oportunidad para hacer un llamado a fin de defender al libro y a la lectura, sobre todo hoy día en que hay mucha gente que cree que la lectura es un entretenimiento prescindible.
México en voz del peruano
Antes del diálogo, el Premio Nobel de Literatura se dijo convencido de que México se encuentra en mejores condiciones a las que estaba hace unas décadas, sobre todo porque hay fuerzas opositoras que alcanzan a equilibrar el ejercicio de poder.
“México hace 20 años era una dictadura, la de un partido, con una hegemonía absoluta: 70 años en el poder, con una corrupción enorme. Creo que hoy día México no es así, es un país donde hay una democracia, hoy en día hay partidos políticos rivales, fuerzas que están presentes en el parlamento y en los medios de prensa, hay manifestaciones gigantescas de partidos opositores. Ese es un progreso considerable.”
En el encuentro con los medios, Mario Vargas Llosa habló de diferentes aspectos de su obra, la cual nace de experiencia personales trastocadas de la imaginación y la fantasía, de ahí que no sea raro que la violencia forme parte de su obra “y de toda la literatura, porque a lo largo de la historia nos ha dado testimonio de las peores atrocidades humanas”.
Grossman, un novelista a favor de la paz
De política se habló poco, incluso David Grossman manifestó que no podía echarse a perder una conversación tan sublime con ese tema, pero al final no le quedó de otra y aseguró que el gran problema es para alguien que fue muy débil, la idea del imperio o del poder se convierte en una adicción “y vemos el poder como un valor en sí, se deshumaniza a los palestinos y nos sentimos superiores a ellos”, aunque al mismo tiempo destacó que el problema nunca ha sido tan agudo “como las circunstancias agudas de nosotros con los vecinos”.
“¿Qué se necesita para que haya paz entre nosotros y los palestinos? Yo creo que los palestinos deben tener su propio Estado independiente, libre y soberano, tienen el derecho. Les deseo de manera sencilla que tengan una vida normal, que no sean humillados como bloques, que no sientan la carga de la ocupación que yo considero, que si yo estuviera en este tipo de ocupación, mi vida sería un tormento.”
Autor de títulos como Escribir en la oscuridad o La vida entera, Grossman es conocido también como pacifista: junto a los escritores Amos Oz y A. B. Yehoshúa participó de una conferencia de prensa en la que instaron al gobierno israelí a aceptar un cese al fuego que cree una base para una solución negociada. Dos días después su hijo Uri de 20 años, sargento de una unidad de tanques, murió por un misil antitanques.
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