cultura@eluniversal.com.mx Apenas 30 segundos antes de sentarse a
ofrecer la conferencia de prensa para dar los detalles finales de la
XIII Feria Internacional del Libro del Zócalo, que arrancaría el
viernes, Paloma Sáiz, la coordinadora del programa literario y enlace
con editores, se enteró que la disposición del gobierno capitalino era
posponer el encuentro librero en el que participarían 208 escritores, 17
extranjeros, 200 editoriales y 350 sellos literarios nacionales e
internacionales.
La decisión, que fue anunciada por la secretaria de
Cultura del DF, Lucía García Noriega, fue tomada a las ocho de la mañana
de ayer por el Gobierno del Distrito Federal con el fin de mantener el
centro de acopio que instaló hace tres semanas en el zócalo. El
argumento fue que México atraviesa por una emergencia provocada por los
huracanes “Ingrid” y “Manuel”, en varias entidades, entre ellas
Guerrero.
Poco importaron los recursos y el trabajo invertidos para una
feria que el año pasado representó una inversión de 5 millones de pesos
para la Secretaría, y que recibió a un millón 200 mil visitantes. Por la
mañana, el jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, indicó:
“Mientras esté el tema de la ayuda, mientras se siga con esta situación,
va a continuar el zócalo en este tema. El secretario de Gobierno
(Héctor Serrano) habló con la secretaria de Cultura, ella ya está
enterada”.
La decisión contrasta con la tomada por el gobierno
guerrerense de mantener dos encuentros literarios: la Feria del Libro de
Acapulco, que se realizará del 15 al 19 de octubre, y el Festival del
libro y la Palabra “Acapulco en su tinta”, del 23 al 29 de octubre. La
noticia fue cuestionada en redes sociales y provocó el asombro de
editores, escritores y de la encargada de delinear el programa que se
realizaría entre el 11 y el 20 de octubre. Además de la conferencia que
ofrecerían ayer, por la tarde comenzarían a montar carpas y stands para
recibir a los miles de libros que se pondrían a la venta, como desde
hace 12 años. Paloma Sáiz dice que la ciudad pierde mucho al no tener la
feria del zócalo. “Si se posponen las fechas de la feria tendríamos que
pensar que sea una cosa muy cercana y que podamos rescatar algunos de
los eventos o tendríamos que volver a programar toda la feria”. Dijo que
hay poca sensibilidad en lo que es la cultura y su importancia en estos
momentos: “Sin menospreciar para nada que el zócalo era un centro de
acopio, podíamos convivir con él o se podía ir a Santo Domingo; no es
una cosa por la otra; sin embargo en estos momentos para el gobierno del
Distrito Federal sería muy importante hacer esta feria del libro justo
en el Zócalo”.
Editores esperan la reprogramación, Paloma Sáiz la
cuestiona porque hacer una feria implica mucho trabajo, no es cosa de un
mes o unos días y las agendas de los autores invitados están apretadas.
García Noriega lo ve como “empezar de cero, el programa de una feria
lleva por lo menos dos meses de trabajo. No podemos empezar a tomar
decisiones mientras no sepamos cuál es la situación de cada uno de los
que participan en la realización del encuentro”. Sáiz califica la
decisión de “una puñalada trapera”, dice que tenían un súper programa,
el más importante de su historia, con grandes escritores extranjeros y
nacionales y con una programación variada desde mesas redondas,
tertulias, presentaciones de libros, narraciones, charlas. “Ya teníamos
todo listo, boletos de avión comprados, faltaban unos días y hoy avisan
que no por emergencia, y que el zócalo tiene que seguir siendo centro de
acopio. Debería haberse movido o podríamos haber convivido”.
El costo
de reprogramar Cuando Lucía García Noriega recibió la instrucción de
cancelar la Feria se asombró pero no la cuestionó, pues la emergencia
nacional es “10 mil veces más grave” que cancelar una feria de libro.
“La emergencia nacional es de tal magnitud que entiendo perfectamente
que esté el centro de acopio” y añade que “todo el equipo (que realiza
el encuentro) ha recibido un trancazo en el estómago, pero eso no viene a
cuento (ante la emergencia)”.
Tampoco importan las consecuencias
económicas que traerá consigo la posposición. “No tengo el dato, ¿por
qué? Porque hay que sacar los pesos y los centavos. Todo sigue vigente
pero hay cosas que no se van a poder reutilizar, por ejemplo el programa
de actividades. ¿Cuánta gente de los invitados internacionales quiere
venir en otra fecha? No lo sé, hay que hablarles para ver si podemos
cambiar los boletos o qué va a pasar”, explicó la funcionaria del DF.
Porfirio Romo, editor y encargado de Ferias de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana
(Caniem), asegura que la del zócalo es la feria más populosa de México y
aunque espera que se reprograme, sabe que son muchas las
complicaciones, pues noviembre y diciembre son meses con muchas ferias
de libro en el país, incluidas la de Guadalajara, la Infantil y Juvenil,
la de Monterrey y la de Oaxaca. Pero además, si se empata con otra
generaría un incremento de gastos pues los editores deberán pagar un
segundo equipo de colaboradores para ello. “Deseamos que esta feria se
lleve a cabo porque ha representado, en términos estadísticos, la venta
de cerca de 200 mil ejemplares, que es la cifra del año pasado y la que
ha fluctuado en los últimos años”, afirma Romo, quien agrega que es una
feria barata en compra de piso, cuesta un cuarto de lo que cuesta la FIL
de Guadalajara.
Aun sin dar cifras de ventas o probables pérdidas,
gente de editoriales consultadas, como Santillana y Random House
Mondadori, se extrañan ante la noticia, dicen que no han recibido ningún
anuncio oficial, confían en que se reprograme, pero no en fechas de
otras ferias. Mayra González, de Grupo Santillana, dice que es una feria
que no implica grandes gastos pues los autores suelen ser locales, lo
complicado será encontrar otro lugar en la agenda de los autores
nacionales e internacionales.
El escritor Fabrizio Mejía Madrid dice que
el aplazamiento implica una suspensión inevitable; ante la situación,
invita al público a acudir el viernes a las 12 del día al zócalo para
intercambiar algunos libros. Carolina Peña, coordinadora de Vinculación
de la Secretaría de Cultura, confía en reagendar la visita de los 17
escritores extranjeros o en caso contrario pedirles que viajen a la
ciudad de México, como estaba previsto, para que dicten su conferencia o
presenten su libro en algún espacio de la ciudad de México.
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