Hernán Becerra |
Buenos días Tapachula
Diario del Sur
25 de junio de 2013
Por Hernán Becerra Pino
(Dedicado de manera especial a Omar Escamilla López)
Escuchaba la voz triste por teléfono de Julio César López ventura. Le pregunté el por qué de su melancolía y me dijo: "Es que quieren cerrar la única librería que hay en Tapachula." "Cómo" -expresé con sorpresa. Y Julio César aseveró: "Sí, Hernán, ya se han escuchado voces de protesta, porque la comunidad tapachulteca no quiere que cierre ni que se lleven la librería a otra parte -dijo con tristeza mi amigo.
-Espera -le dije-, ahora mismo voy hablar con mi amigo Pedro López quien es Director General de todas las librerías Educal que hay en el país. Colgué e hice la llamada a mi amigo Pedro. Tengo su celular y el teléfono de su casa pero llamé a su oficina aunque su secretaria particular no siempre me pone al teléfono con él. Por fortuna doña Lucy me dijo le va hablar el licenciado. Escuché la voz de mi amigo quien me dijo:
-Cómo estás Hernán, que bueno que me hablas.
-Sí, mira Pedro, supe que quieres cerrar la librería Educal de Tapachula. Qué te hicieron los tapachultecos. ¿A poco no compran? No creo que vaya por ahí la cuestión.
-No, mira amigo, lo que sucede es que se está cayendo el plafón de la librería. Tememos que le caiga a un cliente o a las trabajadoras que tenemos en Tapachula.
-Sí, me dijo mi amigo Julio César López Ventura que Educal no puede hacer nada al respecto, de repellar el cielo del edificio porque el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) no da permiso porque el edificio forma parte del antiguo Palacio Municipal de Tapachula, Chiapas.
-Así es, Hernán.
-Te suplico Pedro que no vayas a dejar a Tapachula sin su librería. Ya ves que nunca te he pedido un favor. Ahora te pido me ayudes a salvar esta librería. Quiero que no se cierre y sobre todo que no se vaya de Tapachula. En esta librería los tapachultecos pueden conseguir libros inconseguibles para ellos. Además de discos y artesanías...
-Pero, ¿tú puedes conseguir un espacio para pasar la librería a otro lugar?
-Claro que sí. Mira te doy el teléfono de mi amigo Julio César y háblale tú mismo. El es director de la Casa de la Cultura de Puerto Madero, Chiapas.
-A ver, dámelo.
Le di el teléfono a mi amigo Pedro López y le habló a Julio César López Ventura a su casa. Al poco rato me habla de nuevo Pedro y me dice:
-Ya le hablé a tu amigo a Tapachula. Dice Julio César que puede él conseguir un espacio para la librería.
-Adelante Pedro. Qué bueno que nos está ayudando Julio. Mira, aparte de ser director de la Casa de la Cultura en Puerto Madero también tiene injerencia en Tapachula. Es muy buen elemento y está al tanto de lo que sucede en materia de cultura en nuestra región. Es muy entusiasta.
En la noche de ese mismo día hablé con Julio César a Tapachula y él me dijo:
-Mira, Hernán, ya me puse en contacto con mi grupo de amigos para conseguir un espacio y parece que ya lo logramos. Hay un buen lugar a tres cuadras del Palacio Antiguo de Tapachula. La encargada de la librería se está moviendo y entre todos estamos apoyándola.
-Gracias Julio César ojala que no se cierre esa bella librería en Tapachula. Voy a escribir una nota en mi columna y pediré al público lector nos apoye. La operación se va a llamar Salvemos una librería.
A título de colofón pido sugerencias a mis lectores para salvar una librería. Hay que recordar como decía Víctor Hugo en Francia, que "cada vez que se abre una escuela se cierra una cárcel". Yo puedo decir que cada vez que se abre y sostiene una librería se cierran varios reclusorios en la entidad. Que se junten las firmas y los correos electrónicos.
(Dedicado de manera especial a Omar Escamilla López)
Escuchaba la voz triste por teléfono de Julio César López ventura. Le pregunté el por qué de su melancolía y me dijo: "Es que quieren cerrar la única librería que hay en Tapachula." "Cómo" -expresé con sorpresa. Y Julio César aseveró: "Sí, Hernán, ya se han escuchado voces de protesta, porque la comunidad tapachulteca no quiere que cierre ni que se lleven la librería a otra parte -dijo con tristeza mi amigo.
-Espera -le dije-, ahora mismo voy hablar con mi amigo Pedro López quien es Director General de todas las librerías Educal que hay en el país. Colgué e hice la llamada a mi amigo Pedro. Tengo su celular y el teléfono de su casa pero llamé a su oficina aunque su secretaria particular no siempre me pone al teléfono con él. Por fortuna doña Lucy me dijo le va hablar el licenciado. Escuché la voz de mi amigo quien me dijo:
-Cómo estás Hernán, que bueno que me hablas.
-Sí, mira Pedro, supe que quieres cerrar la librería Educal de Tapachula. Qué te hicieron los tapachultecos. ¿A poco no compran? No creo que vaya por ahí la cuestión.
-No, mira amigo, lo que sucede es que se está cayendo el plafón de la librería. Tememos que le caiga a un cliente o a las trabajadoras que tenemos en Tapachula.
-Sí, me dijo mi amigo Julio César López Ventura que Educal no puede hacer nada al respecto, de repellar el cielo del edificio porque el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) no da permiso porque el edificio forma parte del antiguo Palacio Municipal de Tapachula, Chiapas.
-Así es, Hernán.
-Te suplico Pedro que no vayas a dejar a Tapachula sin su librería. Ya ves que nunca te he pedido un favor. Ahora te pido me ayudes a salvar esta librería. Quiero que no se cierre y sobre todo que no se vaya de Tapachula. En esta librería los tapachultecos pueden conseguir libros inconseguibles para ellos. Además de discos y artesanías...
-Pero, ¿tú puedes conseguir un espacio para pasar la librería a otro lugar?
-Claro que sí. Mira te doy el teléfono de mi amigo Julio César y háblale tú mismo. El es director de la Casa de la Cultura de Puerto Madero, Chiapas.
-A ver, dámelo.
Le di el teléfono a mi amigo Pedro López y le habló a Julio César López Ventura a su casa. Al poco rato me habla de nuevo Pedro y me dice:
-Ya le hablé a tu amigo a Tapachula. Dice Julio César que puede él conseguir un espacio para la librería.
-Adelante Pedro. Qué bueno que nos está ayudando Julio. Mira, aparte de ser director de la Casa de la Cultura en Puerto Madero también tiene injerencia en Tapachula. Es muy buen elemento y está al tanto de lo que sucede en materia de cultura en nuestra región. Es muy entusiasta.
En la noche de ese mismo día hablé con Julio César a Tapachula y él me dijo:
-Mira, Hernán, ya me puse en contacto con mi grupo de amigos para conseguir un espacio y parece que ya lo logramos. Hay un buen lugar a tres cuadras del Palacio Antiguo de Tapachula. La encargada de la librería se está moviendo y entre todos estamos apoyándola.
-Gracias Julio César ojala que no se cierre esa bella librería en Tapachula. Voy a escribir una nota en mi columna y pediré al público lector nos apoye. La operación se va a llamar Salvemos una librería.
A título de colofón pido sugerencias a mis lectores para salvar una librería. Hay que recordar como decía Víctor Hugo en Francia, que "cada vez que se abre una escuela se cierra una cárcel". Yo puedo decir que cada vez que se abre y sostiene una librería se cierran varios reclusorios en la entidad. Que se junten las firmas y los correos electrónicos.
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