lunes, 29 de abril de 2013

Más de la mitad de los chiapanecos no leen.









De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumos Culturales publicada por Conaculta, más de la mitad de los chiapanecos nunca han leído algún libro, revista o periódico, por lo que es necesario revertir esta situación, empezando con la población infantil, sostuvo Alberto Alejandro Cano Coutiño, presidente de la Fundación Chiapaneca para el Fomento de la Lectura y la Educación, A.C.

Al desglosar los datos de la encuesta, dijo que el 50% de la población nunca lee periódicos, el 69 % de las personas no lee libros, únicamente los de la escuela, el 49% nunca lee revistas.
Señaló que estas mediciones pueden no ser perfectas, pues existe un margen de error, pero el problema es tangible y hay que atenderlo a la brevedad posible.

Aclaró que estas acciones no debe quedar sólo en manos del gobierno, por lo que este año como asociación van a redoblar esfuerzos, que conlleven a superar en lo inmediato las estadísticas que reflejan ahora.

Y es que en el escenario nacional, la realidad no es diferente, únicamente  2.9 libros lee el mexicano al año.

En este sentido, declaró que como Fundación que fomenta y promueve la lectura, redoblarán esfuerzos en la realización de círculos de lectura y en voz alta,  Club de Amigos del Libro y otras acciones más.

Asimismo, buscarán firmar convenios con instituciones públicas y privadas, a efecto de impulsar la lectura con  niños,  jóvenes y adultos.
Alberto Cano dijo que con el actual gobierno del estado tienen confianza en que las autoridades de cultura den la importancia que tiene la lectura y promuevan actividades en conjunto. 

El también, bibliotecólogo y promotor de la lectura indicó que hay programas que impulsan la lectura por parte de la federación, gobiernos de los estados y municipios, pero es necesario darles un seguimiento y enfocarse al lector, dándole todas las facilidades para que éste acceda a las actividades y los materiales que se ofertan.

La escuela es otro polo de desarrollo lector, pero de nada sirve implementar programas novedosos en el aula, si no se tiene un docente debidamente capacitado y adiestrado en el área de lecto-escritura que tenga como fin llevar de la mano a los niños al hábito lector.

Aun falta mucho por hacer, pero lo más importante es fomentar la lectura desde el hogar; es preciso que los padres pongan el ejemplo y se sienten a leer con los hijos, de tal manera que los niños y adolescentes vean a la lectura como un placer y no como un deber,  ya lo decía Rubén Darío, “La lectura es fuerza, es valor, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor, puntualizó.

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