Lic. Alberto Alejandro Cano Coutiño. Presidente de Fundalec A.C. |
Una de las funciones sustantivas de los maestros es la de promover la lectura en los estudiantes, buscando que éstos aprendan a leer y tengan el hábito lector permanente; estos son retos que la escuela de hoy debe afrontar, señaló el académico del Colegio de Bachilleres de Chiapas, Alberto Alejandro Cano Coutiño.
Los docentes hemos recurrido a muchas estrategias con el afán de acercar a nuestros alumnos a la lectura, esto se puede apreciar en las numerosas
experiencias publicadas en revistas especializadas de educación. En ellas, los autores se esfuerzan en hacer leer a los alumnos con más o menos acierto; desde imponer títulos según lo marque el programa de estudios del curso en el nivel correspondiente, como por leer en grupo el mismo texto en breves sesiones. Los educadores, en algunas ocasiones, hemos omitido algunos detalles y convertimos la lectura en una obligación, quitándole el elemento de entretenimiento y motivación, frustrando a los muchachos con todas esas formas de coerción para que lean.
Aunado a esto, la falta de materiales necesarios y condiciones óptimas para que los estudiantes inviertan su tiempo escolar en la lectura, no logran desarrollar adecuadamente en éstos el interés y la importancia por la lectura, lo que inhibe el desarrollo de la capacidad analítica y crítica. Los estudiosos de la psicología afirman que las acciones placenteras, una vez que son acatadas como una obligación, pierden su interés.
Para acercar los estudiantes a la lectura se les debe brindar accesibilidad de tal manera que se cuente con opciones de obras tales como cuentos, novelas cortas y obras teatrales de acuerdo a sus edades e intereses.
Para este fin Cano Coutiño, bibliotecólogo y presidente de la fundación para el fomento de la lectura y la educación en Chiapas A.C., ofrece algunas sugerencias para despertar el interés de esta actividad, no sólo en la escuela si no también en el hogar.
Hay que empezar en las bibliotecas públicas y escolares, una opción para acercarse a los autores y temas que puedan gustar; hay que tener un lugar confortable, luz adecuada y si es al aire libre mejor; los niños y jóvenes si nos ven leer aunque sea el periódico ellos también se unirán al espacio de lectura; otra alternativa es la de regalar libros y permitirles que ellos mismos elijan el que más les guste; así también los padres deberán hacer el esfuerzo por adquirir libros o ir conformando una biblioteca particular en casa para que los jóvenes no tengan que salir de casa para leer un libro.
Porque no se trata simplemente de hacer leer a los estudiantes, la meta es atraerlos a la lectura y hacer que éstos quieran leer por placer y por gusto, concluyó.
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