cultura@eluniversal.com.mx PANAMÁ.- El VI Congreso Internacional de la Lengua Española, que hoy
concluirá cuatro días de debates en Panamá, penetró ayer en el mundo del
libro en su estrecho nexo con la educación, con un creciente índice de
población sin hábito o de poca lectura en América Latina y con el
desafío de que las bibliotecas se acoplen a la era digital y a los
nuevos recursos tecnológicos.
El escenario descrito por el Congreso está claro: la disposición de la
juventud hacia la lectura sufre una poderosa incidencia de los medios
audiovisuales, que relegan lo estrictamente textual a un plano
secundario, mientras las bibliotecas se topan con la obligación de
digitalizarse, facilitar la conservación de sus bienes, enriquecer su
oferta y favorecer su uso y difusión pública.
“El promedio de lectura en América Latina está entre dos y cinco libros
por persona (al año). Se lee más en el sur que en el norte y más por
obligación y por compromiso académico que por goce o por disfrute”,
aseguró el colombiano Fernando Zapata, director del Centro Regional para
el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC), en un
debate ayer sobre lectura y bibliotecas escolares.
Promover la lectura “es una deuda absolutamente pendiente”, mientras hay
gobiernos de la zona “que no le apuestan a la biblioteca escolar”, de
las que en México hay 7 mil 400, dijo el jerarca del Centro.
“Tenemos un déficit: hay una gran brecha entre la lectura y la
escritura”, afirmó, por su parte, la panameña Érida de Morales,
coordinadora de la Red Nacional de Docentes de Español del Ministerio de
Educación de Panamá, en entrevista con EL UNIVERSAL. “Nos preocupa el
resultado de las pruebas de estándares de lectura”, dijo.
En lo que presentó como la necesidad de “ruptura con la educación
tradicional”, la coordinadora abogó por “cambiar la estrategia para
llevar al estudiante a un acto educativo diferente, en el que participe,
investigue, cree y recree y presente el tema que ha desarrollado sin
necesidad de memorizarlo”. El español, explicó, “es la asignatura
rectora” del programa educativo.
En este panorama, la panameña Irene de Delgado, que escribe literatura
infantil, advirtió en el debate acerca de las bibliotecas que “la
tecnología nos arrastra y nuestra supervivencia depende de que tan
buenos nadadores seamos”.
“¡Hay que salvar la lectura!”, proclamó, al destacar que urge estimular a
infantes, adolescentes y jóvenes como “lectores del futuro” y relatar:
“No es que (ahora) se lea menos, pero se lee de manera fragmentada”.
En el pasado reciente, recordó, la televisión estuvo “robando lectores”,
al promover la pasividad frente al televisor. En la actualidad,
lamentó, el reto es más grave porque aunque “el libro impreso resiste”,
las publicaciones digitales “aumentan”.
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