Excelsior.- Ciudad de México.- Las universidades, institutos y comunidades han trabajado
en México para digitalizar la historia, ya sean libros o fotografías,
ante un escenario en el que el descuido de documentos de esa naturaleza
representaría pérdidas económicas, pero sobre todo culturales y
patrimoniales, coincidieron expertos.
“Más allá del costo económico tendríamos que ver el valor del impacto
en el ámbito social, cultura y académico, pues digitalizando, el
patrimonio puede ser consultado por todos de manera libre y desde
cualquier punto, para deleitarse e investigar con las imágenes”, dijo a Excélsior Juan
Carlos Valdez, director de la Fototeca del Instituto Nacional de
Antropología e Historia, cuyo acervo ha sido digitalizado
progresivamente desde 1991.
Al día de hoy, lo que empezó como un proyecto hace 22 años, ha dado
como resultado que se tenga digitalizado en baja calidad para consulta
en línea 95% de la colección de 900 mil fotografías que datan desde
1845, y que se tengan 400 mil piezas reproducidas en alta resolución,
para exposiciones y eventos especiales.
Innovaciones tecnológicas
Digitalizar no se trata de sacar fotocopias de libros, periódicos o
fotografías; sino de procesos tecnológicos que involucran a grandes en
la computación, como Apple, cuyas Mac Classic fueron usadas por la
Fototeca en sus inicios, y programas tan conocidos ahora como Photoshop.
Las innovaciones adoptadas por el Sistema Nacional de Fototecas, han
hecho que, a decir de Valdez, el instituto sea reconocido en
Iberoamérica por su trabajo en la conservación y difusión de los
archivos fotográficos de toda una nación. Cada día entre 60 y 120
personas consultan el catálogo en línea, y se reciben entre 20 y 40
solicitudes diarias para préstamo o reproducción, dijo Valdez.
INAH no es la única que ha trabajado en pro de la digitalización de
la historia, la Biblioteca Central y la Hemeroteca de la Universidad
Nacional Autónoma de México también se han enfocado en esta necesidad.
El año pasado se digitalizaron dos millones de páginas, o lo que es
igual a cuatro mil libros existentes desde el siglo XVI hasta el XIX, en
un periodo de diez meses, dijo Alejandro Sánchez, director de
tecnología de la empresa Nomex, encargada del proceso.
Esta firma creó tecnología 100% mexicana, al inventar un escáner que
no daña los libros, al emitir luz que no provoca calor, una frecuencia
adecuada que transmite una imagen fiel y protección de rayos UV, y puede
costar, dependiendo del tamaño de los documentos, el estado de
conservación, la calidad y los formatos; de 3.15 pesos hasta 5.75 pesos
por página.
Iniciativas premiadas
La iniciativa privada también se ha dedicado a apoyar proyectos que
guardan cientos de años de historia mexicana y de historias personales.
Desde 2007, EMC Heritage Trust Project lanza cada año dos convocatorias
para brindar fondos, equipo y asesorías a proyectos que digitalicen
cualquier tipo de material antiguo.
“Es importante reconocer los esfuerzos de las comunidades para salvar
y documentar la historia a través de la digitalización”, dijo Jessica
Anderson, directora de Community Involvement de EMC.
En 2009 el Instituto de las Hermanas Catequistas Guadalupanas en
Saltillo se allegaron de recursos de EMC, para cinco mil 364 documentos
escritos por el sacerdote Jesús María Echavarría y Aguirre, quien fue
exiliado a EU en la Revolución y la Guerra Cristera.
En cada edición los ganadores son elegidos por un jurado y por el
público, quien podrá votar por los siete finalistas de este año del 18
al 29 de noviembre a través de Facebook o del sitio de EMC.
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