miércoles, 23 de octubre de 2013

El fomento a la lectura, deuda pendiente en Latinoamérica


cultura@eluniversal.com.mx  PANAMÁ.- El VI Congreso Internacional de la Lengua Española, que hoy concluirá cuatro días de debates en Panamá, penetró ayer en el mundo del libro en su estrecho nexo con la educación, con un creciente índice de población sin hábito o de poca lectura en América Latina y con el desafío de que las bibliotecas se acoplen a la era digital y a los nuevos recursos tecnológicos. 

El escenario descrito por el Congreso está claro: la disposición de la juventud hacia la lectura sufre una poderosa incidencia de los medios audiovisuales, que relegan lo estrictamente textual a un plano secundario, mientras las bibliotecas se topan con la obligación de digitalizarse, facilitar la conservación de sus bienes, enriquecer su oferta y favorecer su uso y difusión pública. 

“El promedio de lectura en América Latina está entre dos y cinco libros por persona (al año). Se lee más en el sur que en el norte y más por obligación y por compromiso académico que por goce o por disfrute”, aseguró el colombiano Fernando Zapata, director del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC), en un debate ayer sobre lectura y bibliotecas escolares. 

Promover la lectura “es una deuda absolutamente pendiente”, mientras hay gobiernos de la zona “que no le apuestan a la biblioteca escolar”, de las que en México hay 7 mil 400, dijo el jerarca del Centro. 


“Tenemos un déficit: hay una gran brecha entre la lectura y la escritura”, afirmó, por su parte, la panameña Érida de Morales, coordinadora de la Red Nacional de Docentes de Español del Ministerio de Educación de Panamá, en entrevista con EL UNIVERSAL. “Nos preocupa el resultado de las pruebas de estándares de lectura”, dijo. 

En lo que presentó como la necesidad de “ruptura con la educación tradicional”, la coordinadora abogó por “cambiar la estrategia para llevar al estudiante a un acto educativo diferente, en el que participe, investigue, cree y recree y presente el tema que ha desarrollado sin necesidad de memorizarlo”. El español, explicó, “es la asignatura rectora” del programa educativo. 

En este panorama, la panameña Irene de Delgado, que escribe literatura infantil, advirtió en el debate acerca de las bibliotecas que “la tecnología nos arrastra y nuestra supervivencia depende de que tan buenos nadadores seamos”. 

“¡Hay que salvar la lectura!”, proclamó, al destacar que urge estimular a infantes, adolescentes y jóvenes como “lectores del futuro” y relatar: “No es que (ahora) se lea menos, pero se lee de manera fragmentada”. 

En el pasado reciente, recordó, la televisión estuvo “robando lectores”, al promover la pasividad frente al televisor. En la actualidad, lamentó, el reto es más grave porque aunque “el libro impreso resiste”, las publicaciones digitales “aumentan”.

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